DOS TRES PALABRAS
Sobre palabras que se han puesto de “moda” entre extranjeros y entre
mayas que comercializan el mayejak/kotz’ij maya.
…una forma de respetar la memoria de
nuestras abuelas y abuelos y para no hacer pasar vergüenzas a nuestras mamás y a nuestros papás.
Hace Aproximadamente
algunos años que comencé a escuchar, por
lo menos yo (no sé si esto haya iniciado hace más de 10 años), el término tata y nana, que extranjeros, mestizos (mexicanos, gringos, europeos, argentinos, colombianos, guatemaltecos…) y algunos mayas lo utilizan
para “auto-identificarse” ante su comunidad y ante “indígenas”, principalmente,
aquellos que se han formado como “sacerdotes y sacerdotisas mayas, guías
espirituales y shamanes (o chamanes)”. Además, así se identifican mayas que no
hablan su idioma maya. Estas personas intentan usar el término AJQ’IJ, pero con
una mala pronunciación y escritura, de esta manera AJ QUIJ (con sus
variaciones: ajkij, aquij, ajk’ij). Posiblemente traten de utilizar este
término porque, además de ser un término, K’iche’ o Kaqchikel (o Tz’utujil),
los que los “forman o les venden las varas” (como le llaman el cargo que
adquieren) son de estos pueblos. Aunque también entre Q’eqchi’es, Poqomchi’es
se están “formando” este tipo de personas.
En otros idiomas
mayas, el identificar a las personas que cumplen una función de ser encargados
de Mayejak/Kotz’i’j/mayijanik[1]
(prácticas sagradas) relacionados a
calendarios, curación, inauguración de casas, etc., en Q’eqchi’ por ejemplo
tienen distintos nombres, según el tipo de función que realizan (sin excluir
los rituales sagrados):
-
En maya Q’eqchi’ Aj Q’eh, es un sinónimo de
Ajq’ij (en K’iche’, Kaqchikel, Tz’utujil)
-
Aj Ilonel, sinónimo de Kunanel (en K’iche’, Kaqchikel
y Tz’utujil), y en maya Yukateko o maya Peninsular, Ah Ts’ak (CORDEMEX. 1980:
872).
Volviendo al tema,
he visto por los medios de comunicación (internet, televisión, prensa escrita…)
a personas extranjeras (mujeres y hombres) auto-identificarse con la palabra
TATA Y NANA (no como tat y nan) y su respectivo nombre. También se ponen
nombres mayas o nombres en náhuatl (supuestamente), y en otros casos mal
adaptan o mal traducen sus nombres (no sólo en la forma escrita sino en la
forma pronunciada) haciéndose pasar por “mayas” de alguna comunidad, cuando
realmente son hijas e hijos de grandes suburbios en donde se consumen gran
cantidad “humo de automóviles o de fábricas”.
Que un extranjero
(a) o mestizo (a) quiera utilizar términos mayas para auto-identificarse, no es
problema. O que quiera hablar algún idioma maya puede hacerlo porque está en
todo su derecho y también contribuye a la revitalización y promoción de
nuestros idiomas y cultura mayas. El problema está cuando estas personas
quieran hacerlo para “hacer dinero o buscarse fama”. Es una grave ofensa hacia
nosotros los Mayas autonombrarse “redentor maya” o “defensor de los indios”.
Puesto que como mayas hablantes hemos logrado mantener nuestros idiomas a pesar
de la discriminación, racismo y marginación durante muchos años, hasta la
actualidad y luchamos por su reivincidación en varios contextos pero de forma
adecuada.
Pues, este tipo de
personas que utilizan estos términos son de las que han utilizado la cultura
maya para hacer dinero. Después que supuestamente reciben su cargo como AJQUIJ
regresan a su país o se quedan a radicar en territorio maya y comienzan a
“hacer ceremonias mayas” que tal cosa no existe, en nuestros territorios
nuestras abuelas y abuelos hacen “mayejak (en Q’eqchi’) Kotz’i’j (en idiomas
Kaqchikel, K’iche’ o Tz’utujil) y no “ceremonias mayas”.
En idioma Q’eqchi’,
para reconocer la categoría de una persona como Tata’aj (como se dice en
K’iche’) o Qawa’ en Q’eqchi’ (y no tata) es porque se lo ha merecido, se lo ha
ganado y en ningún caso una persona maya, que conoce de valores y formas del
pensamiento, va a autoproclamarse como QAWA’, pues eso solamente la gente se lo
reconoce. Me imagino que en los otros pueblos mayas se hace lo mismo.
Es una falta de
respeto que personas ajenas a nuestras comunidades y cultura se autoproclamen utilizando
estos conceptos pero sin conocer sus significados. Lo más horrendo y falto de
respeto es que se AUTOPROCLAMEN REPRESENTANTES DEL PENSAMIENTO MAYA O MAESTRAS
Y MAESTROS DE LA CULTURA MAYA, pues no sólo no pertenecen a ninguna comunidad
sino, no hablan idioma maya. Hacen videos, publican notas haciéndose pasar por
mayas. Incluso se compran trajes de alguna comunidad maya y la utilizan sin
sentido. También compran “telas típicas” y hacen trajes que no identifican más
que a su propia persona. Bueno, ahora que se ha hecho de moda el uso de trajes
mayas hecha a máquinas o industrial, tal parece que es una forma “barata de
autoproclamarse como maya o disfrazarse de maya”.
Muchos mayas han
caído en la comercialización y folclorización individual de lo Maya (algunos
integrantes de ong’s, instituciones gubernamentales o las que realizan viajes
al extranjero para dichos propósitos), usan el traje que se compran en
actividades netamente folclóricas o comerciales y no en actividades con
significado histórico, cultural.
He visto, que grupos
de personas mayas, permiten “que un extranjero” que no habla el idioma y mal
pronuncia los nombres de los días del Cholq’ij les dirija su “ceremonia maya”
porque es un “sacerdote o sacerdotisa maya”.
Escribo esto para
llevar a una reflexión a hermanas y hermanos mayas para que no se dejen
babosear o alienar por extranjeros que se autoproclaman tatas y nanas, con
complicidad de, lamentablemente, personas mayas mayores que también se han
autoproclamado como “líderes y lideresas mayas o indígenas”. Bueno sabemos que
lo maya está de moda y como dicen algunos folcloristas, “media vez sea para
captar fondos, hay que aprovechar”…
Otras expresiones
que se relacionan al concepto tata y nana son las de “sacerdote o sacerdotisa
maya”. En nuestros idiomas, pensamiento y vocabulario maya es claro qué es un aj q’ij (en idioma K’iche’, Kaqchikel,
Tz’utujil. En Q’eqchi’ y Mam es Aj Q’eh y Ajkab’ respectivamnete). Sacerdotes
mayas o sacerdotisas solamente existen en la estructura de la iglesia católica,
pues solamente ahí es donde se forman sacerdotes. Pues hay sacerdotes estadounidenses,
kaxlanes, europeos, italianos, brasileños y mayas también. Se dice Aj Q’ij,
tanto para mujer y hombre cuando refiere al contador de los días o la encargada
o encargado de realizar las prácticas sagradas.
Igualmente con la
expresión “guía espiritual”, donde más he escuchado la palabra guía es con
turismo, quizás sea una forma de “guiar espiritualmente a los turistas”, no así
en nuestro pensamiento maya, pues un mayejak (o kotz’i’j) no solamente es
espiritual, es colectivo, es entre seres vivos, es material, etc. etc…
El término tata y
nana (aberración de términos mayas k’iche’, kaqchikel y tz’utujil) parece que
intenta referirse a algo más fuera de nuestra conceptualización maya. Pues
tiempos atrás los finqueros extranjeros (alemanes, francés, ingleses, mestizos)
que invadieron tierras y territorios Q’eqchi’ obligaban a las abuelas y abuelos
Q’eqchi’ que les dijeran “tata y nana” a sus hijos e hijas, entonces esta forma
de expresarse es un recordatorio a nuestras abuelas y abuelos de cómo se
impusieron los extranjeros y mal utilizaron nuestros términos. Quizá esto sea
la intención de estas personas que se autoproclaman “tatas y nanas” y quizás
simular que nos hacen ceremonias es querer imponerse ante nuestras abuelas y
abuelos a través del fuego, pero lo dudo mucho, pues no saben ni siquiera el
lenguaje del fuego sagrado, no pueden y no creo que puedan comunicarse con
nuestras abuelas y abuelos, mucho menos con la energía de los cerros sagrados.
Pienso que quienes formaron a estas gentes no tienen el conocimiento y la
posibilidad de realizar mayejak o kotz’i’j netamente sagrados. Así que,
solamente harán folclor y simulacros.
Tata’aj y Nana’aj
(K’iche’) o Na’b’ej Yuwa’b’ej, son palabras que denotan una categoría social y
formas de respeto que se da en nuestras comunidades y pensamiento. Quiero
aclarar que no es una categoría que denota posición (relacionado a riqueza
económica) o jerarquía entre ricos y pobres (o entre famosos del arte
occidental).
Esto refiere cuando
una persona maya alcanza cierta edad o adquiere otras funciones dentro de la
comunidad, por ejemplo:
-
Cuando forman una pareja a través del
casamiento, la joven adquiere la categoría de nana’aj y el joven de tata’aj, no
es impuesto, es adquirido y merecido, lo da la comunidad. Pero si esta pareja
no cumple con sus obligaciones pierde todo esto.
-
Cuando adquiere una función para servir a la
comunidad, donde hará lo que el pueblo le pide, no lo que él hará con el
pueblo. Igualmente, si no cumple para lo que fue elegido será la burla y
perderá el respeto de la comunidad y dejará de ser qawa’ o qana’, simplemente
será laj o xan o ma’, pero no es un desprecio total, simplemente no ha tenido
la madurez de servir a la comunidad (no se es esclavo de la comunidad, como muchos
investigadores lo han encajado).
Honrar a nuestras
abuelas y nuestros abuelos, a nuestras madres y a nuestros padres es defender
nuestro pensamiento ancestral y también el descolonizar nuestras prácticas y
nuestros saberes y reivindicar nuestros idiomas adecuadamente.
Como mayas tenemos
la responsabilidad de ser críticos, analíticos y reconstruirnos cada vez que
logramos que nuestra conciencia maya (qach’ool, qak’u’x) vuelva a enlazarse con
la esencia/energía (xch’ooleb’, kik’u’x) de nuestros ancestros. Debemos
realizar acciones que permitan que nuestras hijas e hijos tengan mejor y mayor
conciencia de lo que es el ser maya’ (no mayab’).
La convivencia respetuosa entre distintos pueblos y distintos lenguajes
es de suma importancia. El diálogo entre culturas no implica solamente escuchar
la voz del otro y tampoco implica utilizar la lengua o la voz de otro para
imponerse sobre él o ella. Tampoco conocer la cultura o lengua de otro pueblo
no necesariamente te hace representante o líder de dicho pueblo.